martes, 19 de mayo de 2009

NOTICIA

DE VERDE ESMERALDA A ROJO FUEGO




Pedro Nel Rincón, uno de los nuevos zares de las esmeraldas y acusado de varios asesinatos, podría desatar una nueva guerra si el Estado no asume el control de la zona.

La débil paz que por más de 18 años se ha vivido en la zona esmeraldífera de Boyacá está a punto de romperse. Si bien esta vez los grandes patrones no son los involucrados, el enfrentamiento de dos reconocidos esmeralderos y líderes de la región los tiene en estado de alerta, pues la guerra de las esmeraldas podría regresar. Desde hace un par de semanas fue acusado de asesinato Pedro Nel Rincón, conocido como 'Pedro Orejas', accionista de La Pita, una de las minas que más esmeraldas produce en el país. Y desde la semana pasada fue incluido en la lista de los hombres más buscados y peligrosos de Boyacá.La noticia no pasaría de la crónica roja si no fuera porque, a pesar de la ley del silencio que cubre los crímenes cometidos en esta zona, el denunciado es uno de los nuevos zares de las esmeraldas. 'Orejas' combatió y sobrevivió a la 'guerra verde', en la década de 1980. Hace unos seis años llevó a la región y respaldo a Yesid Nieto, un misterioso hombre que en poco tiempo haría historia en la región. Nieto invirtió millonarios recursos e hizo empresa, no sólo en La Pita sino en otras minas. Pronto se ganó la confianza de la población y se convirtió en uno de los mayores exportadores de esmeraldas del país. Lo cierto es que hace unos tres años se desató una guerra entre los socios de La Pita. Frente al trabajo social que Nieto había hecho en la zona, los habitantes lo protegieron y se opusieron a que algo le pasara. Pero tras sobrevivir a un atentado en su apartamento, el 17 de octubre de 2007, fue encontrado muerto en Guatemala. La muerte de Yesid Nieto y los supuestos abusos de 'Pedro Orejas' acabaron con la paciencia de la comunidad. '"Orejas' y sus hombres cometieron muchos crímenes, y la gente se cansó de aguantar en silencio", dijo un líder de la zona. Por ello, esa tradición se rompió el primero de mayo de 2009. A pesar de las denuncias, a las que se han ido sumando otras dos más por homicidio, la Fiscalía regional nada ha hecho. "Quieren comprar el caso, como lo han hecho con otros, amenazando las familias, cambiando las pruebas y diciendo todo lo contrario a la verdad. Lo cierto es que mientras Rincón no sea capturado o se entregue, el miedo a que se desate una guerra esmeraldífera es cada vez mayor. Y eso preocupa a los viejos líderes de la región. Esperan que el fiscal general, Mario Iguarán, quien tiene en su despacho las denuncias, tome cartas en el asunto y asuma las investigaciones, para evitar una guerra innecesaria y quitar las sombras sobre los fiscales regionales que llevan el caso. Y que el Estado aproveche esta coyuntura para asumir el control definitivo de la zona, pero no sólo con Policía y Ejército, sino con todo su cuerpo judicial, social y económico. Para que de una vez por todas el occidente de Boyacá salga del atraso en el que se encuentra.

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